Cubierto por un manto de nieve, parece incapaz de proseguir. Un más que previsible ambiente hostil, casi helado, dadas las actuales circunstancias, ha dejado el camino absolutamente intransitable y la inercia, que no movimiento, en la que se ha desarrollado todo su mandato, ya no es posible. Consecuencia: tozuda inmovilidad. ¿Reaccionará algún día? Mientras la nieve se derrite, cosa fácil, y la tozuda inmovilidad se descongela, cuestión harto más complicada, escuchemos este bello, cuerdo y acompasado sonido de hoy, fruto del respeto y entendimiento mutuo entre personas dedicadas a la Música y que jamás fueron tozudas ni se quedaron quietas.

Hace unas semanas en la hemeroteca de Mertxe apareció una nota de "El papamoscas" del 13 de febrero de 1910 que hablaba de una fiesta campestre patrocinada por la Sociedad Benéfica Burgalesa y celebrada en La Habana. En ella, entre otros manjares burgaleses, se degustaron "frutas naturales de Valdivielso". Eso nos hizo recordar la conversación que el año 2009 mantuvimos con Antolín de Valdenoceda, el más tropical de nuestros vecinos. Sus 86 años estaban llenos de fuerza y memoria. Con emoción, habló de Basilia, su madre, cubana como él y "médica" de Valdenoceda. Con detalle relató lo que aconteció la noche en que murió Nebreda en el cuartel, nada más estallar la guerra y muchos momentos más de su vida. El recuerdo del amor de sus padres, en la imagen, también humedeció sus ojos.

Hace algún tiempo, los años comenzaban en marzo. Hace menos era tradición cantar las marzas para dar la bienvenida a la primavera. El nuevo año ya no se celebra al comenzar este mes, las marzas, afortunadamente, se siguen cantando en muchos sitios. Hoy os felicitamos el año, con el permiso de los romanos, a través del calendario municipal de 2016 que te puedes descargar aquí.

Hoy el protagonismo de la conversación es para Ramón Sorolla, podador fragatino que se acercó hasta nuestros estudios de la mano de Miguel Ángel Corrales. Creo que es, además de un maestro en la poda de frutales, un apasionado pedagogo de ese arte. Como el mismo nos dijo se siente un árbol. Ramón no para de aprender cuando enseña, habla de lo importante que es la formación, del desprecio de las instituciones por el mundo campesino. De lo importante que es la psicología, juntarse y animarse juntos. Me contó que los manzanos de Caderechas eran veceros y que ahora, gracias a la poda, producen todos los años. Que al árbol sólo hay que escucharle...Y que el objetivo de su poda es recuperar el sabor antiguo. Miguel Ángel también habló y contó que el mercado valora todavía la "marca" de las frutas de Valdivielso. El pasado año vendió melocotones y paraguayos de nuestra tierra muy apreciados por su sabor. Ramón volverá para impartir un curso de poda, Miguel Ángel casi siempre está.